martes, 30 de agosto de 2011

Una semana en Sardegna (IV)

DÍA 4
OLBIA-CAPO CODA CAVALLO-SAN TEODORO-OLBIA

Amanece el cuarto día de viaje y nos sorprende un super desayuno preparado por Belinda, dueña del b&b, al que no falta detalle, aprovechando que ella se encuentra por el jardín le preguntamos qué playas nos recomienda, sin dudarlo nos dice que las playas más espectaculares se encuentran en el archipiélago de La Maddalena, que comprende 7 islas principales: La Maddalena, Caprera, Spargi, Budelli, Razzoli, Santa Maria y San Stefano. La única isla habitada es la Maddalena, allí hay restaurantes, alojamientos, etc. Todo esto ya lo sabíamos, playas paradisíacas a las que sólo puedes acceder o bien con tu propio barco o bien en una embarcación que hace un crucero turístico por las islas. Desde luego, era indispensable hacer una visita al archipiélago, después de que Belinda nos enseñara un montón de catálogos y fotos de playas absolutamente increíbles, sólo comparables a las playas del Caribe que habíamos visto en fotos... así que le preguntamos cómo llegar hasta allí, cuando debíamos reservar el barco, etc.
La amabilidad de Belinda llegó al punto de explicarnos todo el proceso y llamar a una compañía que hacía este tipo de cruceros para informarse de tarifas, horarios, reservas, etc. Nos comunicó que para el día siguiente quedaban 2 plazas libres en un velero que hacía un recorrido especial por el archipiélago de la Maddalena, era un recorrido especial con un trayecto más largo que sólo se hacía muy pocas veces al año, el precio, 100€ por persona, comida incluída, salida a las 9 de la mañana, y vuelta a las 7 de la tarde. Tras unos segundos pensando le dijimos que sí, que nos reservara dos plazas, sería casi delito perder la oportunidad de dejar de ver esas playas que parecían de película en las fotos.
Cabe decir que el velero costaba 100€ por ser el mes de agosto, unas semanas antes exactamente lo mismo te puede salir por 60-70€.
En fin, todo esto era para el día siguiente, nos dio tranquilidad el saber que ya lo teníamos todo reservado y no nos teníamos que preocupar de nada, sólo de estar a tiempo antes de que zarpara el velero...

Todavía quedaba planificar ese mismo día, buscábamos una playa que estuviera relativamente cerca de Olbia y si era posible visitar una playa por la mañana y otra por la tarde, el protector solar factor 50 lo llevaba ya infiltrado en la piel, casi tatuado...
Belinda nos recomendó ir hacia el sur, empezó a sacar un montón de fotos de playas: Porto San Paolo, Capo Coda Cavallo, Isola Tavolara, Budoni... al final no sabíamos cual elegir, eran todas preciosas, pero había que decidirse, así que destino: Capo Coda Cavallo
Primero pasamos por un supermercado, compramos la comida, bebida y a la neverita. No nos costó mucho llegar hasta la playa. La playa pertenece al pueblo de San Teodoro, la zona donde está ubicada es bastante exclusiva, rodeada de villas de lujo construídas en piedra oscura, las cuales lógicamente tienen acceso directo a la playa, el resto de mortales tiene que aparcar lo más lejos posible, tras pasar por zonas de aparcamiento reservado, vimos un parking que costaba 9€, aunque seguimos buscando hasta encontrar una zona gratuita a lo alto, para variar... Como siempre, cargados con todos los artilugios comenzamos la ruta desde el parking a la playa. Este acceso era bastante peor, tenías que atravesar toda la zona urbanizada y luego meterte por debajo de una valla levadiza para que no pasaran los coches y seguir un caminito monte a través durante unos 15 minutos. Luego nos dimos cuenta que el parking que costaba 9 € te dejaba mucho más cerca de la playa de lo que pensamos, aunque tampoco nos vino mal un poco de ejercicio a pleno sol.
Las vistas desde arriba son preciosas, aunque eres consciente de todo lo que tienes que caminar para bajar hasta la playa, no importa tanto cuando estás viendo esta maravilla.
Spiaggia Capo Coda Cavallo (desde arriba)


Spiaggia Capo Coda Cavallo con Isola Molara a la derecha e Isola Tavolara al fondo
Capo Coda Cavallo (debe su nombre a su forma de cola de caballo)

La playa de Capo Coda Cavallo es de arena un poco más gruesa, y hay algunos cantos rodados en la orilla, una vez traspasados, la arena es fina y el agua cristalina, sin oleaje, como una piscina rodeada de dos islotes: Isla Molada e Isla Tavolara, nos enteramos que también salen ferrys hasta Isla Tavolara, más económicos que a La Maddalena aunque menos espectaculares. La playa tiene forma de cola de caballo, es un poco más bulliciosa, ya que continuamente están paseando vendedores de fruta, refrescos y sobretodo coco "cocobello". Estaba menos llena que las anteriores y aunque es larga, es bastante estrecha.
Después de comer ensalada y una breve siestecita, nos pusimos en marcha para ir a la segunda playa de la tarde: La Cinta, en San Teodoro, unos km más al sur de Capo Coda Cavallo.
Como llegamos sobre las 5:30 de la tarde encontramos aparcamiento enseguida, aparte que los accesos a esta turística playa son mejores y más amplios. Nada más llegar vimos que se trata de la típica playa de las películas, tiene una extensión de arena finísima y blanca enorme, es bastante amplia y tiene un bar con cabina de dj's que pinchan música house desde por la tarde y suponemos que hasta bien entrada la noche. Las copas no son excesivamente caras, y disponen de happy hour, puedes bailar y estar de fiesta con amigos a cualquier hora. El tipo de gente es bastante joven, la mayoría es gente de la isla que se reúne allí con sus amigos. La Cinta es una de las playas más conocidas, más grandes y más visitadas de la isla. No es espectacular, pero si viene de camino o si se quiere tomar una copa escuchando música es muy recomendable.
Tras visitar dos playas, era el momento de regresar al b&b, darse una buena ducha y arreglarse para la cena. Hoy tocaba cenar en una pizzería recomendada por una de las guías que teníamos... y acertamos!! Elegimos una pizzeria en el casco viejo de Olbia, se llama Trocadero y está en la Via San Paolo, 12, en una pequeña plazoleta muy acogedora, por unos 20€/persona disfrutamos de un litro de vino, un entrante de pulpo con un pan típico sardo que parecen unos crepes crujientes y un par de pizzas excelentes.
Tras la cena dimos un pequeño paseo y volvimos al jardín del b&b a tomar un poco de limoncello, al día siguiente nos esperaba el plato fuerte del viaje, la visita al archipiélago de La Maddalena, o eso creíamos...

Una semana en Sardegna (III)

DÍA 3
ALGHERO-LU BAGNU-CASTELSARDO-OLBIA

Nos levantamos el tercer día con mucha pena por abandonar el precioso pueblo costero de Alghero pero había que continuar el viaje, así que cogimos todas nuestras cosas e iniciamos la marcha.
De Alghero a Olbia hay una distancia de unos 135 km, es cruzar la isla de noroeste a noreste literalmente. Para no hacer el viaje del tirón, decidimos hacer una parada para comer en Castelsardo, un pueblo cuyo casco antiguo está levantado sobre una península rocosa, imagen que es típica con sus casas en distintos tonos pastel, azules, rosas, amarillos, blancos. El pueblo conserva un bellísimo conjunto urbano, calles escalonadas, viejos palacios...
Antes de ir a Castelsardo, hicimos una parada para refrescarnos en una playa de Lu Bagnu, un pueblecito a 2 km de Castelsardo. El pueblo en sí no tiene nada de especial, aparte de ser un sitio de veraneo con una playa discreta, limpia, accesible, ecológica, con facilidad para aparcar, visto así más que suficiente para cumplir nuestras expectativas de ese momento.
A la hora de comer seguimos la carretera 2 km hasta Castelsardo. Un detalle a destacar es que las playas que no son muy turísticas no están señalizadas por su nombre en los carteles, así que más o menos con las indicaciones de la guía y por la descripción conseguíamos llegar a donde queríamos. Una vez en Castelsardo y siguiendo el lungomare Zirulia y bajando por una escalera llegamos a una pequeña cala: Cala La Vignaccia. Una cala muy pequeña, de roca, con unas 10 personas, no muy cómoda para tomar el sol, pero perfecta para tomar un baño, relajarse, comer y hacer un poco de snorkel. El agua estaba fresquita y era necesario calzado especial, pero agradecimos la tranquilidad de la zona.

Castelsardo

Lungomare Zirulia (Castelsardo)

Después de comer y de darnos unos chapuzones, continuamos el viaje hacia Olbia, paramos a repostar y a media tarde y por una carretera en muy buen estado, aunque demasiado recta y muy poco paisaje que admirar llegamos a nuestro destino para pasar las próximas 3 noches.
Localizamos nuestro b&b sin ningún problema gracias al GPS, nos encantó tanto la ubicación, como la decoración del jardín de Belinda, su propietaria, encantadora por cierto. El precio 85€/noche, el b&b es un unifamiliar con dos accesos, por uno se accede a la casa de la propietaria, una holandesa afincada en Cerdeña desde hace 30 años y por otro se accede al b&b que consta de 2 habitaciones con baño incorporado, salón y cocina compartido y un amplio jardín al que no le falta detalle, mesas, cenador, un estanque... incluso tiene luces con detector de movimiento que se encienden cuando llegas de noche, un lugar encantador. Aunque la habitación y el baño no eran nada del otro mundo, bastante normalitas, aunque suficientes, nos sorprendió que nos arreglaban la habitación cada mañana, no contábamos con eso, aparte disfrútabamos de wi-fi gratis. El desayuno espectacular, cada mañana nos tenían preparado nuestra mesa en el jardín con un copioso desayuno, tostadas, galletas, panecillos, mermeladas, varios tipos de cereales, mantequilla, mermelada, zumos... todo muy bien presentado.

Llegamos a la habitación, descansamos, una ducha fresquita y salimos hacia el centro de Olbia, ya que el b&b estaba situado a las afueras en una zona residencial cerca del aeropuerto, a unos pocos minutos en coche del centro, esta vez sí que tocaba cenar en un restaurante por fin...
Para llegar al centro había que cruzar una carretera que bordeaba el puerto. Olbia es el puerto principal de la parte norte de la isla, y no presenta mayor interés turístico que el de ser un punto tanto de partida como de llegada para los que visitan Costa Smeralda, ya que no es tan caro y exclusivo como otras zonas cercanas.
Aparcamos en una zona un poco alejada de las calles principales del casco viejo, y al principio nos pareció una ciudad sin interés, incluso fea, no es que en realidad sea preciosa, pero gana interés conforme avanzas y te vas adentrando hasta llegar a la calle Corso Umberto I, una calle peatonal muy transitada, bastante ancha, llena de comercios, bares, restaurantes y puestos ambulantes de todo tipo de artículos, esta calle al final desemboca en un paseo marítimo muy animado durante la noche, aunque no tan mágico como el de Alghero.
Tras dar unas vueltas, elegimos finalmente un restaurante en la misma calle Corso Umberto I, no recuerdo el nombre pero era bastante grande, de un precio medio, calculamos unos 20€ por persona y nos dieron mesa en el interior, la terraza estaba completa. Pedimos rissoto alla marinara (espectacular) y una pizza 4 estaciones para compartir, todo buenísimo, aunque acabamos tan llenos que había que seguir paseando antes de volver a descansar al b&b.
Al día siguiente tocaba visitar las playas de las que tanto había oído hablar...

Una semana en Sardegna (II)

DÍA 2
ALGHERO-STINTINO-SPIAGGIA DELLA PELOSA-CAPO CACCIA-GROTTA DI NETTUNO-ALGHERO

El segundo día nos levantamos pronto, desayunamos y preparamos la ensalada y los bocadillos para la comida, ya que pensamos pasar el día en la playa y los precios de los restaurantes cercanos nos asustarían seguro. La playa seleccionada era la spiaggia della Pelosa, las fotos de las guías de viaje son alucinantes, arena blanca, aguas cristalinas... y se encuentra cerca de Alghero, así que no cabe duda que es la elegida.
La spiaggia della Pelosa se encuentra en la población de Stintino, un pueblo relativamente moderno junto al Capo Falcone y frente a la isla Asinara a unos 60 km al norte de Alghero.
Nada más llegar nos damos cuenta de la realidad de este tipo de playas, lo primero, destacar que lógicamente en pleno agosto se encuentran abarrotadas de gente, pudimos comprobar desde el coche los cientos de sombrillas sin apenas espacio entre ellas, aún así no perdimos la esperanza de encontrar un hueco para la nuestra. El otro incoveniente era el parking, aparcar cerca del acceso a la playa es misión imposible, zonas restringidas para residentes en hoteles, zonas restringidas para millonarios, zona azul, zona de prohibido aparcar... toca ir subiendo más y más por Capo Falcone hasta que al fin encuentras un maravilloso descampado lleno de piedras y maleza custodiado por una señora que cobra 1€ a la hora por aparcar, todavía quedaban sitios libres, así que ni lo pensamos y aparcarmos allí, y ahora tocaba bajar todo lo que habíamos subido, eso sí cargados con la sombrilla, el bolso de la playa y la neverita, como está mandaó...
La verdad es que la playa de La Pelosetta es espectacular, se te hace ameno el camino hasta llegar a ella viendo los alrededores y una vez llegas a pisar la arena y a poner la sombrilla se te olvidan todos los incovenientes. Conseguimos un hueco relativamente cerca de la orilla y nos instalamos, la superficie de arena no es muy extensa y al estar abarrotada de gente no se aprecia su belleza al 100%, pero aún así es espectacular, el agua es cristalina, poco profunda, arena blanquísima, hasta ese día decidí que era la mejor playa que había visitado nunca.
Spiaggia della Pelosetta (Stintino)
La Pelosetta (Stintino)

Spiaggia della Pelosetta, al fondo Torre Pelosa

Como punto muy a favor tengo que decir que a pesar de estar llenísima de gente y la proximidad entre sí de toallas y sombrillas, no se escuchaba el griterío de la gente, ni el trasiego de personas pasando continuamente por la arena, cerrabas los ojos y sólo escuchabas el sonido del mar, esto es impensable en cualquier playa de la costa valenciana que son las que conozco, los españoles somos mucho más escandalosos.
Bañarte era como estar en una piscina, no hay apenas olas, el agua es completamente cristalina, está un poco fresquita y tiene el aliciente de que puedes cotemplar de frente la emblemática Torre Pelosa y la isla de Asinara. Aparte de todo esto, gente guapa, joven, todos morenísimos y pocas familias con niños ni gente mayor.

Después de comer y tras una pequeña siesta volvimos al parking, ahora tocaba volver a subir cargados, con un sol de justicia a las 5 de la tarde, precio de parking 5€.

Próxima parada: Capo Caccia, para visitar la Grotta di Nettuno, otra de las visitas imprescindibles de la isla. Para llegar a la gruta hay 2 opciones, coger un barco en el puerto de Alghero que te deja al principio de la gruta o ir en coche y bajar a pie los más de 600 escalones que existen en el acantilado hasta llegar al mismo lugar donde te deja el barco. Supongo que el viaje en barco será bonito, pero aconsejo hacer el trayecto a pie, aparte de lo espectacular del recorrido, tiene su mérito hacerlo a pie (mi escasa forma física me obsequió con dolor de gemelos durante los dos días siguientes). Capo Caccia se encuentra a 25 km de Alghero y el interior de la gruta es espectacular, la visita es medio guiada y cuesta 14€/per, digo medio guiada porque apenas se oye a la guía que lleva un micrófono, habla en italiano e inglés, y existen altavoces estrategicamente colocados por la gruta para que puedas escuchar al guía, así como luz artificial, la ruta es a pie y dura alrededor de 30-40 minutos, es aconsejable quedarse de los últimos del grupo para poder hacer fotos con tranquilidad, a pesar de los carteles de prohibido hacer fotos, todo el mundo hacíamos fotos con y sin flash.

Descenso a la Grotta di Nettuno

Vista desde el descenso a pie a la Grotta di Nettuno

Bajando hasta la gruta
Grotta di Nettuno

Entrada a la Grotta

Grandes estalagmitas de la Grotta di Nettuno

Grotta di Nettuno
Una vez conseguí subir los 654 escalones ya pudimos emprender la vuelta a Alghero, el paisaje de vuelta en coche era precioso

De Capo Caccia hacia Alghero, se aprecia un nuraghe

Una vez llegamos al apartamento, una ducha rápida, visita de nuevo al supermercado y a cenar. Siguiendo con el día ahorrativo en comida, cenamos pizza al taglio (pizza al corte) buenísima y finísima, saboreándola paseando por las calles empedradas del casco viejo. Luego de nuevo volvimos a pasear por el paseo marítimo, recorriendo sus puestos hippies, después otra vez al centro, saboreamos un helado del mejor sitio de helados en Alghero, la verdad es que estaban riquísimos, yo me lo pedí de mirto, se trata de un licor muy popular y tradicional de la isla de Cerdeña, que se obtiene de la bayas del mirto (me lo pedí sin saber lo que era todavía, a mí me sabía como a flores, a violetas...)

Y así terminó el segundo día, al día siguiente debíamos abandonar Alghero y salir hacia el este, la Costa Smeralda nos esperaba...

Una semana en Sardegna (I)

Después de varias semanas de desconexión estival, voy a intentar hacer una crónica completa de mis vacaciones en la isla italiana de Cerdeña.

Datos geográficos:

Es una de las mayores islas del Mediterráneo (la segunda después de Sicilia), situada a 200 km de la costa italiana, a la misma distancia de la costa africana y a unos 11 km de la isla de Córcega (perteneciente a Francia). Tiene una superficie de 24.090 km2. El litoral alcanza casi 2.000 km y tiene unos 350 km de largo desde el norte hasta el sur.
El clima normalmente es caluroso y seco durante los meses de mayo a octubre y los inviernos suelen ser fríos y lluviosos.
La economía de la isla se ha basado tradicionalmente en el turismo, la agricultura y la pesca. Hay casi 4 millones de ovejas en Cerdeña (una tercera parte del total de Italia). La isla también es conocida por sus excelentes vinos.
Esta dividida en 8 provincias: Sassari, Olbia Tempio, Nuoro, Oristano, Medio Campidano, Cagliari, Ogliastra y Carbonia Iglesias.

La capital de la isla es Cagliari, al sur de la isla. El idioma oficial es el italiano y el sardo. En Alghero se habla también un catalán antiguo, conocido allí como alguerés, debido a una repoblación que se hizo en la ciudad por colonos catalanes.

Mi experiencia sarda:

Había leído bastante sobre la isla antes de ir, guías de viajes, foros en internet, reportajes en tv, etc. Todos coincidían en la belleza paradisíaca de sus playas y calas, en los espectaculares tonos azules de sus aguas, en su rica gastronomía, la amabilidad de sus gentes y en la gran diferencia entre las poblaciones costeras y los pueblos del interior de la isla. He de decir que, efectivamente todo es cierto, es un lugar que no deja indiferente y que desde mi punto de vista y experiencia vale la pena visitar.
Estuve en la isla 7 días y 7 noches, prácticamente llevaba todo planificado antes de salir, después de mucho leer era fácil seleccionar las visitas imprescindibles, lo que verdaderamente no me podía perder, ya que ver todo resulta imposible. Siete días fueron muy justos para recorrer la isla de sur a norte y volver, creo que 10 días hubieran sido suficientes. Desde mi opinión, vale la pena viajar únicamente a la parte norte de la isla, recorrer la costa de oeste a este es lo más espectacular del viaje, ya que el sur de la isla tiene menor interés. También es cierto, que mi objetivo era disfrutar de las  playas y ver cuantas más mejor. La visita a la parte sur de la isla y pueblos de interior quedaría para otro estilo de viaje.

DÍA 1
CAGLIARI - ORISTANO - ALGUERO (SASSARI)
Volamos con la compañía Ryanair, ya que desde Valencia tiene vuelo directo a Cagliari (capital y situada al sur de la isla), el coste fue de 150€ i/v en temporada alta con billetes comprados desde el mes de abril. La isla tiene 4 aeropuertos, Madrid y Barcelona tienen vuelos directos a Olbia y Alguero (que son los destinos más turísticos, situados en la parte norte de la isla).
No hubo ningún problema con Ryanair, todo fue correcto, no hubo retrasos ni a la ida ni a la vuelta. Es un vuelo corto, de aproximadamente 1 hora y cuarto.
Nada más llegar al aeropuerto es altamente recomendable alquilar un vehículo, ya que utilizando los medios de transporte probablemente no se podría acceder a la totalidad de los sitios que quieras visitar y se perdería mucho tiempo en esperas. Aparte, la red de transporte de la isla no es como en una gran ciudad, por lo que diría que alquilar un coche es absolutamente imprescindible y si es posible, recomiendo utilizar GPS, aunque las carreteras están bien señalizadas y en bastante buen estado, viene perfecto para encontrar las calas más escondidas y trayectos más cortos.
Nuestro coche de alquiler era un Fiat 500, hay numerosas empresas de alquiler de vehículos (autonoleggio) en el aeropuerto de Cagliari, por precio nos decantamos por la compañía Europcar, con un coste de unos 40€ diarios. La gasolina está un poco más cara que en España (sobre 1,50 €/litro) y si se quiere recorrer toda la isla hay que saber que se van a hacer unos cuantos km. Hicimos alrededor de 1.300 km en una semana, lo que nos supuso un gasto en gasolina de unos 80€.

Tras recoger el coche en el parking, una pareja española que ya se volvía a casa, tuvo el detalle de regalarnos su sombrilla, ya que no la podían subir en el avión, la verdad es que nos vino estupendamente y quedamos muy agradecidos.

Una vez cargada la nueva sombrilla en el mini maletero había que iniciar el viaje hacia el norte, eran las 12 de la mañana y nuestro destino era Alguero. De Cagliari a Alguero hay unos 230 km (aproximadamente unas 3 horas y media) por lo que había que hacer una parada en un sitio intermedio para comer, ese fue el primer dilema, ¿dónde? tras consultar varias veces las guías, decidimos comer en Oristano que está a mitad camino y es relativamente un destino frecuentado.

Cerca de Oristano se encuentra el yacimiento fenicio-romano de Tharros, cuyos habitantes se vieron obligados a marcharse de allí en el siglo XI. Es muy fácil encontrarse con decenas de nuraghes durante el viaje (hay miles repartidos por toda la isla). Los nuraghes son unos monumentos megalíticos de piedra de forma circular, considerados como el símbolo más famoso de Cerdeña, son restos de la cultura nurágica y datan del segundo mileno a.C.

Como resulta imposible visitar todo, pensamos que dada la época del año (pleno agosto), lo mejor era centrarnos en visitar las costas y sus playas, por lo que no visitamos ningún yacimiento arqueológico en particular, no sé si hicimos bien o mal, pero el tiempo apremiaba y el calor apretaba.

Como ya he dicho, hay yacimientos arqueológicos y nuraghes repartidos por toda la isla, básicamente en poblaciones del interior, si sólo se quiere visitar uno por falta de tiempo, según las guías el imprescindible es Nuraghe Su Nuraxi, aunque también se encuentran algunos importantes en el norte, en la población de Arzachena, cerca de Costa Smeralda.

- Primera parada: Oristano
Es la cuarta capital de provincia de Cerdeña y quizá una de las ciudades menos conocidas, pero sí merece la pena ser visitada. Nos da la bienvenida un rótulo que dice "Città della ceramica" (Ciudad de la cerámica) anunciando la fama de esta artesanía.
El casco viejo se recorre en muy poco tiempo, visitamos la Piazza Roma (lugar donde se levanta la Torre di Mariano II), Corso Umberto, Piazza Eleonora (corazón y centro de la ciudad, donde se levanta un monumento en recuerdo a la legisladora Eleonora d'Arborea, el cual estaba en obras de restauración cuando lo visitamos), entramos en la catedral, Duomo Santa Maria Assunta (entrada gratuita) y junto a ella se encuentra el Seminario Tridentino.
Uno de los museos más importantes de la isla se encuentra en esta ciudad, el Antiquarium Arborense, como era la hora de comer estaba cerrado, así que prescindimos la visita ya que teníamos que continuar el viaje.

Comimos en un restaurante llamado Bussu, situado en la Piazza Roma, 54. Nos pedimos un plato de malloreddus y otro de culingionis, ambos son unos tipos de pasta típica sarda, estaban riquísimos acompañados por salsa de tomate, carne, queso y albahaca. Lo acompañamos con una ensalada Caprese, dos cervezas, cafés y cubierto, total 19€ por persona.
En Cerdeña, como en otros países, se paga aparte del menú, el cubierto, que dependiendo del restaurante oscila entre 2-3 euros por persona. Según las guías de viaje hay costumbre de dejar propina (alrededor del 10%), pero consideramos que el precio del cubierto era compensable con la propina, así que por no quedar como verdaderos tacaños elegimos pagar normalmente con tarjeta de crédito en los restaurantes.

Con el estómago lleno y tras una breve sobremesa visitando el resto del casco viejo de Oristano, decidimos continuar la ruta hasta Alghero, provincia de Sassari.

- Llegada a Alghero
Sobre las 18:00 de la tarde llegamos a Alghero, visita imprescindible cuando viajas a la isla, allí pasaríamos 2 noches. Alghero es una de las ciudades más bonitas de la isla, por no decir la más bonita, su casco medieval es de origen catalán, lo que ha hecho que se le conozca como la Barceloneta de Cerdeña. Las calles del centro histórico son empedradas, estrechas y con mucho encanto, en época estival son muy transitadas y hay numerosos restaurantes con terraza, a cual más apetecible y acogedor para elegir una agradable cena. Aunque sin lugar a dudas el lugar más atractivo de la ciudad es el Puerto Viejo, que por las noches se convierte en la zona más animada, llena de grupos de jóvenes y gente paseando por el paseo marítimo, contemplando la muralla que rodea la ciudad y las torres que la refuerzan. El lugar es encantador ya que las farolas y la luz de la luna con el reflejo en el mar iluminan esta parte de la ciudad con una luz especial y mágica.

Habíamos reservado 2 noches en un b&b (bed and breakfast) pero los dueños por falta de habitaciones, nos ofrecieron por el mismo precio un apartamento-duplex que también alquilaban en pleno casco viejo de Alghero. El precio fue de 70€/noche y quedamos encantados tanto por el estado del apartamento (recién reformado y con gusto), la ubicación y el trato de sus dueños (Sandro y Cristina) estaba situado en Via Barcelonetta, 16 y lo recomiendo sin lugar a dudas.

El inconveniente era aparcar, tuvimos que dejar el coche en la ciudad fuera del casco viejo, a unos 10 minutos andando, como en cualquier otra ciudad aparcar en el centro es imposible, aunque realmente tampoco nos importó ya que todo lo imprescindible lo encuentras en el casco viejo.

Tras una ducha, dimos una vuelta por el centro, buscamos un supermercado para poder prepararnos comida para el día siguiente y buscamos restaurante para la cena. Elegimos un restaurante con terraza, que nos pareció tranquilo, se llamaba Ristorante Grillhouse Teatro, con música ambiental y buen precio (menú cerrado de 20€/per) Podías elegir entre menú de carne o de pescado, vino y café. Yo me pedí spaghetti all'algherese y filete de ternera de segundo, el camarero puso una cara rara, porque mezclé plato de pescado y luego otro de carne, riquísimo todo, aunque el servicio dejó que desear, ya que tardaron más de media hora en traernos la cuenta después de pedirla unas cuantas veces.

Después de la cena recorrido por el centro, Piazza Porta Terra, Via Roma, Piazza Municipio, Piazza Civica... hasta llegar a Bastions Marco Polo y Bastions Cristoforo Colombo, el paseo marítimo donde puedes ver la muralla y las torres que rodean la ciudad, habían muchos puestos donde vendían toda clase de artículos, bolsos, pañuelos, souvenirs, bisutería... En verano hay mucho ambiente, locales con terraza y música en directo, es una de las zonas nocturnas más bonitas de la isla, aproveché para hacer fotos y disfruté observando el mar que tomaba un color precioso con el reflejo de la luna llena que había esa noche.

Nos fuimos pronto a dormir ya que al día siguiente había que madrugar para encontrar sitio en nuestra primera gran playa...

Dejo algunas foto del primer día...

Piazza Eleonora (Oristano)


Seminario Tridentino (Oristano)




Cattedrale di Santa Maria Assunta (Oristano)


Alguero


Alghero

Alghero





lunes, 8 de agosto de 2011

Rumbo a tierras sardas

 Después de meses esperando este día, por fin estoy haciendo la maleta para mi viaje de verano, destino elegido: Cerdeña, paraíso de aguas cristalinas.

He leído bastante sobre la isla, 3 guías de viaje ilustradas creo que son suficientes. Espero encontrar playas de aguas turquesas y de arena blanca, pueblos con encanto, gente amable, una estupenda comida mediterránea y sobre todo disfrutar de estos días, ir sin prisas, relajarme y conocer nuevos lugares.

Un buen momento para iniciarme en mi nuevo hobby, la fotografía, e intentar hacer mis primeras "buenas fotos".

También espero que el sol sardo se porte bien conmigo y que el factor 50 le sea suficiente, que sea mi amigo pero sin derechos.

Cuando vuelva contaré mi experiencia.

Todo lo que no quepa en mis bolsillos, lo apuntaré en mi moleskine.

viernes, 5 de agosto de 2011

un blog para todos los bolsillos

A menudo y sin darnos cuenta, se nos hace un agujero en los bolsillos y perdemos algo para siempre, hay veces que con suerte lo volvemos a encontrar, a veces preferimos guardarlo en otro sitio y sin querer lo olvidamos... Solemos guardar cosas materiales, cosas pequeñas, cosas que nos hacen falta a diario. Me gustaría compartir en este blog las cosas que me voy encontrando, las que ya tengo, las que me gustaría tener y las que voy guardando en mis bolsillos...

Dejo un trocito de una poesía para inaugurar el blog, que sin ser yo muy aficionada, me ha gustado y sorprendido, sobretodo por su autor...

    "... ahora que sobrevivo sin tus ojos,
      sencillamente porque no estás aquí para mirarme,
      recurro a mis bolsillos y descubro que guardo en ellos
      el calor de alguna de tus manos..."

Palabras de Pepe Viyuela ["Y amarte sin saber"]